Y se decía que el que veía que rodeaba a un pueblo y les arrojaba todo tipo de máquinas de combate, luego se peleaba con un pueblo y los arrojaba con palabras. Si lo que arrojó algo sucedió al efecto de sus palabras, y si no lastimó no afectó lo mismo que si viera que les estaba lanzando desde lo alto de algo mencionado .