Un hombre se acercó a Ibn Sirin, que Dios tenga misericordia de él, y dijo: Vi a una mujer de Bani Selma que tenía un recipiente en el que había leche en las manos, y cuando se lo llevó a la boca para beberlo, apresuró su orina, así que ella la puso, y él dijo: Esta es una buena mujer que desea hombres y se casó con ella.